20.11.2020
Cuando Thomas Rockwell Mackie y Paul Reckwerdt en la Universidad de Wisconsin idearon TomoTherapy, un nuevo concepto para la entrega de radioterapia, no pensaron si su equipo podía funcionar a más de 3600 mts de altura sobre el nivel del mar, en condiciones geográficas muy diferentes a la de sus cuatro lagos. La distancia entre el modelo y la puesta en marcha de un equipo es lo que llamamos ciencia aplicada. Algo muy parecido a subir una montaña con un “modelo” de siete toneladas encima.
Esto es lo que consiguió DeLeC Científica el viernes 13 de noviembre en La Paz, Bolivia: terminó la última etapa de la instalación de un equipo Radixact, la nueva generación de TomoTherapy, en el Hospital de Clínicas de La Paz.
El proceso de licitación fue el primer desafío. DeLeC Científica brindó un servicio de consultoría para asesorar al Gobierno de La Paz, con intenciones de incorporar tecnología de última generación en su Servicio de Radioterapia, de forma tal que el llamado licitatorio fuera acorde a sus necesidades, contemplara el software y los accesorios complementarios, aún cuando resultara un pliego exigente para las empresas proveedoras. Es sabido que en no pocas oportunidades se proveen equipos a precios bajos pero incompletos, por lo que luego no funcionan si no se adquieren elementos complementarios, usualmente caros. Las empresas estaban obligadas, además, a aprovechar el bunker existente, originariamente diseñado para bombas de cobalto, para que el hospital no debiera invertir fondos en nuevas construcciones o blindajes adicionales.
Otros requisitos fueron los tiempos de instalación, que exigían un proceso rápido, y la capacidad de los equipos de responder a un flujo de trabajo ágil una vez que estuviera en servicio. Esto implica tiempos de tratamientos cortos.
Por su parte, Accuray realizó pruebas para verificar el funcionamiento del Radixact y lograr responder a la operabilidad en la altura de La Paz.
Como resultado de esta matriz de requisitos técnicos y clínicos orientados a garantizar la calidad del proyecto, no había posibilidades de acuerdos irregulares ni flexibilizaciones. DeLeC Científica fue la única empresa que pudo responder a todas estas necesidades, a través de uno de sus Agentes Comerciales, la firma COSIN, con una oferta que fue la mitad del precio que se había pagado por el último acelerador lineal instalado en Bolivia, mucho menos sofisticado que el Radixact.
El equipo se llevó en diciembre de 2018. Debido a que Bolivia no tiene aeropuertos preparados para recibir aviones de gran tamaño, viajó desde Madison hasta Chile y desde allí siguió el trayecto a La Paz en camión. Desde ese momento hasta ahora pasaron tantas cosas que no se puede decir que el mundo sea el mismo.
Bolivia atravesó una crisis política y social que obligó al presidente Evo Morales a renunciar y salir del país. Llegó la pandemia del COVID-19 a América Latina y con él las medidas sanitarias. Se cerraron fronteras, se aplicaron cuarentenas, la vida dentro de las instituciones hospitalarias se abocó a atender la demanda por los contagios.
En estas condiciones se trasladaron las partes hacia adentro del búnker del servicio. Se armó el gantry, se conectó el acelerador lineal y todas las demás piezas. Comenzaron las pruebas. Trabajaron ingenieros de DeLeC Argentina apoyados por técnicos de EEUU y Brasil, aplicando protocolos y superando las limitaciones que tiene el flujo entre países debido a los controles sanitarios. El viernes pasado terminaron los últimos testeos técnicos para comenzar con los entrenamientos del personal.
Radixact
Bolivia se prepara para comenzar a tratar pacientes con el equipo más versátil, preciso y seguro para el tratamiento del cáncer.
Radixact ™ es el nuevo equipo de radioterapia guiada por imágenes de Accuray. Con este sistema Accuray presenta una nueva generación del TomoTherapy, creado en 1992, en la que mejora la focalización de tumores y la precisión.
Usa un acelerador lineal guiado por imágenes de tomografía computarizada (TC) 3-D. Este sistema de radioterapia entrega una alta dosis de radiación al tumor exactamente donde se necesita, mientras que reduce de forma significativa la dosis a los tejidos sanos cercanos.
Logra tiempos de tratamientos cortos, de doce minutos en promedio, incluso en los casos más complejos como las metástasis o la irradiación de zonas delicadas.
El equipo tiene un blindaje interno y es compacto. Esto implica un gran beneficio para las instituciones ya que pueden aprovechar los bunkers de los viejos sistemas de cobalto, no les implica nuevos blindajes o construcciones. Se vende pre-comisionado desde fábrica, con lo cual la instalación, las pruebas operativas y la habilitación para tratar pacientes se agilizan de forma significativa.
Lo más importante de es que tanto la plataforma de planificación como el hardcore del Radixact se adaptan para lograr la personalización de los tratamientos. Ningún tratamiento es igual a otro. Eso es un gran paso para la seguridad de los pacientes.
Verificación del tratamiento por imágenes
Mediante imágenes de tomografía computarizada volumétrica en 3D, los médicos pueden verificar la posición del tumor y, si es necesario, ir haciendo ajustes de la posición del paciente antes de cada tratamiento. Esto ayuda a garantizar que la radiación se dirija exactamente a donde debe ir.
Con cada tomografía computarizada, los médicos pueden confirmar el tamaño y la posición del tumor, y además logran ver cualquier cambio en su anatomía. Estas verificaciones, facilitadas por el sistema de imágenes que tiene incorporado Radixact, permiten “adaptar” o personalizar los planes de tratamiento de acuerdo con las modificaciones en la anatomía o el tamaño del tumor, propias de los efectos del tratamiento.
Esto es importante porque a medida que avanza un tratamiento es probable que los pacientes experimenten cambios anatómicos: pueden perder peso o el tumor podría encogerse. Las imágenes diarias ayudan a garantizar que un tumor reciba la dosis más eficaz y que la exposición a la radiación en los tejidos circundantes se minimice de acuerdo con el plan de tratamiento.